El vino que no “llega” (aranceles y demás)

Los aranceles que «condenan» al vino canario

  • Reportaje realiazado por nuestra amiga María Alonso que clarifica el régimen arancelario que padece el vino canario

Viajamos por lugares totalmente dispares, ¿California?, ¿Sur de Francia?, ¿Grecia?, ¿Sicilia?, ¿Canarias?, ¿Galicia?… Propusimos diferentes variedades, “esto es una Pinot Noir”, “no, no, una prieto Picudo”, “A ver si va a ser una Listán o Sousón”, “¿y una Cabernet Sauvignon?… Después de decir todas nuestras apreciaciones y redactar entre todos la nota de cata de cada uno de los vinos, llegó la hora de destaparlos, con grata sorpresa: Todos los vinos procedían de las Islas Canarias”.


Así comienza una gran experiencia de un entregado grupo de cata, La Despeña, que, compartiendo mesa y mantel, se reúne mensualmente bajo una pasión común, el vino. Son entendidos y disfrutan disertando sobre la actualidad del sector, comentando nuevas añadas y disfrutando de nuevas experiencias.

Son los grandes desconocidos, los vinos canarios. El buen hacer de viticultores y bodegueros ha conseguido recuperar para el vino canario la excelencia que tuvo en los siglos XVII y XVIII, cuando el sector se convirtió en el motor económico de las Islas y conquistó el mercado anglosajón con sus famosos Canary.


Sorpresa y admiración despierta además la viticultura canaria. Dificultades orográficas, climatología extrema y suelos imposibles… Aun así, el viticultor consigue extraer de esta tierra lo mejor para sus uvas. Pero, ¿merece la pena tanto esfuerzo? ¿Son rentables económicamente las inversiones vitícolas en Canarias? Lamentablemente, hoy por hoy, hay que confesar que sólo en contados casos de éxito y con grandes inversiones por medio la viticultura canaria es rentable.
El régimen económico y fiscal especial que rige el Archipiélago y las desiguales condiciones de competitividad con respecto al vino que llega de fuera condenan al vino canario a una lucha sin tregua en su propio territorio; lucha que pierden sin remedio ante unas condiciones que no pueden igualar. Ya no digamos competir más allá de las fronteras insulares. Condicionado por un mercado pequeño en un espacio geográfico fragmentado en islas y alejado más que nunca de la economía continental europea, el vino canario necesita ayuda.

El presente reportaje se basa en gran parte en el estudio Análisis de la Competitividad del Subsector Vitivinícola Canario. Cargas impositivas y ayudas que afectan al subsector vitivinícola canario (I.G.I.C., A.I.E.M., y POSEI)”,realizado en el año 2008.

En un sistema de vinos de calidad producidos en regiones determinadas (v.c.p.r.d.) se establece una relación simbiótica entre las bodegas y la viticultura local, lo que supone un grado de protección comercial que debe beneficiar a las dos partes. La viabilidad de un modelo vitícola está determinada en gran medida por el valor de la uva, que depende asimismo directamente del precio de venta del vino.
El objetivo fundamental de este estudio es valorar los factores que influyen en la competitividad de la vitivinicultura canaria estudiando para ello el Régimen Económico y Fiscal de Canarias (IGIC y AIEM) y el POSEI.

IGIC

El IGIC es un impuesto general sobre el consumo que recae sobre todos los bienes y servicios utilizados en Canarias cualquiera que sea su origen, nacional o extranjero. Es equiparable a la figura impositiva del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) que en las Islas no se aplica. Para la agricultura tiene un régimen especial: un tipo impositivo del 0% para la uva y del 5% para el vino.

AIEM

El Arbitrio sobre Importación y Entrega de Mercancías en Canarias (A.I.E.M.) es aplicable a un número reducido de productos con especial sensibilidad en la economía canaria, de forma que contribuye al desarrollo y fomento de las actividades productivas en Canarias. Las exenciones tienen como fin lograr un adecuado nivel de desarrollo en las Islas Canarias. Algunos insumos que se importan en la agroindustria enológica sí están gravados.

Avanzando conclusiones, en lo que a la viticultura canaria se refiere, el estudio resume que:

  • El IGIC no influye en los costes vitícolas; sí lo hace el AIEM.
  • La mano de obra representa un porcentaje significativamente elevado en los costes de producción.
  • Existe una gran disparidad de los costes de producción en los distintos modelos de producción vitícolas, según el grado de mecanización.
  • El poder adquisitivo del viticultor se devalúa progresivamente.

Y en lo que a las bodegas se refiere:

  • El IGIC no influye en los costes vinícolas y sí lo hace el AIEM, que por un lado grava los insumos importados y por otro no grava (tipo 0%) las importaciones de vino.
  • En la comparativa de bodegas homólogas, las canarias tienen mayores costes que las peninsulares.
  • Entre bodegas homólogas las peninsulares son más competitivas incluso en el mercado canario.
  • El coste del transporte interinsular genera una barrera comercial que dificulta la competitividad de las bodegas canarias en el territorio regional. Paradójicamente el coste de transporte entre Tenerife y Barcelona es inferior al existente entre Tenerife y La Palma.
  • El Régimen Económico y Fiscal de Canarias no aplica el régimen de impuestos especiales lo que impide la continuidad comercial del territorio canario con el resto de la Unión Europea.
  • La discontinuidad del mercado dificulta la venta directa bodega-cliente en el mercado comunitario.

En este punto habría que comparar los tipos soportados por productos homólogos al vino:

  1. Agricultura, ganadería, silvicultura y pesca

Aquellas medidas que mejoran la competitividad del vino repercuten directamente sobre la producción vitícola. La superficie ocupada por el viñedo justificaría un tratamiento similar al de las papas, tomates o plátanos, productos agrarios favorecidos por el AIEM al estar sometidas las importaciones a una tasa del 5%. Comparativamente con el cultivo del plátano por ejemplo, que está más protegido, el cultivo de la vid ocupa mayor superficie.

2.  Alimentación y bebidas

Es difícil justificar la protección que se hace desde Canarias de la cerveza o el ron si la comparamos con la ejercida sobre el vino. No se justifica esta diferencia ni en los tipos ni en la superficie de cultivo ni en la repercusión social. El tratamiento otorgado a otras bebidas alcohólicas como la cerveza de malta, ron, aguardiente, ginebra, gin, vodka y licores, con un AIEM con tipo 15%, es claramente injusto. En muchos casos, además, sin vínculo productivo alguno con la realidad socioeconómica regional. De este modo, las tasas actuales parecen estar orientadas a proteger más a las empresas distribuidoras de vinos importados que a las propias bodegas locales.

La vertiente más proteccionista del AIEM, “aplicable a un número reducido de productos con especial sensibilidad en la economía canaria, de forma que contribuya, tanto al desarrollo y fomento de las actividades productivas en Canarias…”, no se ha desarrollado en el subsector vitivinícola, más bien al contrario. Los bienes gravados afectan directamente a la producción local, situando al vino canario en una clara situación de desventaja competitiva.
Así las cosas, la pérdida de competitividad de las empresas vitivinícolas canarias es difícil de valorar. Comparando las diferencias de costes entre idénticos proyectos establecidos en Península y Canarias, las únicas diferencias son atribuibles a:

  • la insularidad: la necesidad de un transporte marítimo de las producciones y materias primas (botellas, corchos, cápsulas, etiquetas, productos enológicos etc.) y
  • el AIEM

Hay que tener en cuenta también el transporte en destino y las condiciones de embalaje: paquetería (limitada para aquellos pedidos de pequeño peso o volumen), grupaje (cuando el volumen de mercancía no justifica la contratación de un contenedor completo) o contenedores.
Los envíos a Península de contenedores son contados. Sí existen sin embargo envíos de palets con mayor frecuencia. Las diferencias aumentan si consideramos que el margen que aplicará el distribuidor para estos volúmenes siempre será más alto debido al limitado número que se comercializa y a la dificultad de abrir nuevos mercados para nuevos productos. Como se ve, por tanto, la capacidad competitiva de los vinos canarios está seriamente limitada en el exterior, a lo que se suma la pérdida de competitividad de las bodegas canarias en el propio territorio regional ante las bodegas peninsulares.

La producción que sale de Canarias deberá cumplimentar los siguientes trámites:

  • En Canarias: Declaración de expedición
  • En Península: Documento de Introducción y expedición de Documento Acompañamiento de Impuestos Especiales

Es por tanto obligado compensar las desventajas específicas derivadas de la lejanía y el aislamiento para que el vino canario se pueda beneficiar en igualdad de condiciones del Mercado Común Europeo, garantizando además la competitividad de las producciones locales en el mercado regional anulando los costes de insularidad”, concluye el citado estudio.

POSEI

En lo que se refiere al Programa de Opciones Específicas por la Lejanía e Insularidad de Canarias (POSEI), en septiembre del 2009, una reforma autorizada por el Colegio de Comisarios de la Unión Europea a la ayuda para el mantenimiento de viñedos previstas en el POSEI incrementó de 600 a 1.650 € por hectárea de viñedo cultivada la cuantía de las ayudas a la que pueden acogerse los viticultores adscritos a una denominación de origen determinada. Además, se aprobaron, nuevas medidas de ayuda al embotellado y a la exportación, lo cual compensa los sobrecostes de la comercialización en Canarias como región ultraperiférica de la Unión Europea.
Sin embargo, el Estado español, que es el autorizado por la UE para hacer efectivas estas ayudas, está teniendo serios problemas para hacer frente a estos pagos debido a la crisis económica que padecemos.

Y como productor, ¿qué me cuesta enviar vino a Península?

Uno de los problemas de los productores de vino en Canarias siguen siendo los pequeños envíos a Península (ventas a restaurantes, particulares y las ventas online), que se ven encarecidas por el despacho de aduanas de salida de Canarias y por otro de entrada en la Comunidad Europea (incluyendo la Península), ya que Canarias es considerado como país tercero. La mayor parte de las bodegas canarias son pequeñas empresas que limitan su actividad al mercado local pero que necesitan en su primera fase de expansión realizar envíos a Europa a pequeña escala.

Ponemos en este punto como ejemplo el Paquete Azul de Correos, cuya imagen acompañamos y la cual se puede agrandar para no perder detalle.
El envío de una botella con un valor en bodega de 6,25 € desde Canarias a Península tiene un coste final de 40,83 € (transporte, IVA y aranceles), mientras que el envío de la misma botella de Península a Península saldría por 14,98 €. En el caso de 6 botellas, el envío desde Canarias tendría un coste de 80,17 € y de Península a Península de 54,28 €.
Con este ejemplo se puede apreciar claramente cómo la política arancelaria del sistema fiscal canario deja fuera de mercado a los productores canarios. Cabe añadir además que las empresas peninsulares que venden a particulares canarios te suelen cobrar los envíos al Archipiélago (se especifica claramente en sus webs: “coste a Península y Baleares”), lo cual es cuando menos discriminatorio también para el consumidor canario.
A esto hay que añadir también el tiempo que puede permanecer parado el envío en Aduana y los inconvenientes de gestión para el receptor del envío en trámites administrativos con el DUA (Documento Único Administrativo) y en el traslado a las dependencias de recepción del paquete para recogerlo, caso de que él mismo decida gestionarlo.

Y hablando de los  gastos de despacho de aduana en Península, la imagen del lateral los refleja para un envío de vino desde Canarias. Véase cómo a los impuestos correspondientes de obligada aplicación se le suma un gasto de gestión de correos constante (4,60 €)  por la presentación en aduana y un importe de 21,12 € de la agencia de aduanas con la que Correos trabaja.
A este sobrecoste habría que añadir los 15 € aproximados de la gestión de salida de Canarias. Curioso, y algo esperpéntico, es el documento que llega al domicilio del receptor del envío para recoger su paquete (“observen que se especifica que es un envío postal internacional”). Como elocuente y clarificador resulta el documento, el impreso de tramitación del DUA (Documento Único Administrativo).

Como se puede ver, los quebraderos de cabeza no son únicamente para el productor sino para el que decide comprar vino a Canarias, lo cual perjudica las pequeñas ventas a Península.
En un tiempo que vivimos en el que las nuevas tecnologías facilitan las compras desde casa y optimizan los tiempos de disfrute de los productos comprados online, Canarias se ve inmersa en un sistema arancelario que la perjudica considerablemente.
Y para muestra un par de botones; experiencias de compradores canarios y peninsulares que traducen claramente su malestar por este sistema (ver especialmente los comentarios surgidos a raíz del post).

http://blog.artecar24.com/search/label/correos.es

http://www.canariasbruta.com/Archivo/igic-la-enorme-trampa-para-los-peque-os-importadores

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